jueves, 26 de julio de 2012

Ese color es de niña, cámbialo


La otra cosa que me pasó relacionada con el teléfono (para más detalles ver el post de ayer Soy tontita cuando no me dejan robar fue con uno de los directores [que no está al mismo nivel que los otros directores (es una cosa medio rara, porque hay 4 directores, pero uno de ellos es el socio mayoritario, y dos más, que son mis jefes, son los chingones pero son socios minoritarios y, finalmente, el cuarto, que es de quien me quejo hoy, es director comercial y socio minoritario, pero no de los meros meros)], a quien le entregué la pinche Blackberry que pidió (y por la que tiene que pagar una lana de diferencia) y, desató la “amabilidad”:

Lolita´s: Aquí está el teléfono.
Director pendejo: Perfect (Sí, es de los que gusta hablar en inglés con una pésima pronunciación. Siempre que lo escucho me dan ganas de responderle en alemán, por mamón).
Abro la caja y aparece el teléfono
Director pendejo: No, eso es blanco, no way.
Lolita´s: (con cara de “te voy a matar, pendejo, aunque tú aún no lo sepas) Pues este es el que hay.
Director pendejo: No me importa, el blanco es de niña y no lo quiero.
Lolita´s: Es el que hay, no creo que lo puedan cambiar. (De niña son tus nalgas y tu falta de huevos, pendejo).
Director pendejo: No me importa, cámbialo, que no lo voy a usar.
Lolita´s: (Más por no matarlo que por hacer lo que él dice) Está bien, voy a ver qué se puede hacer.

¿Así o más cabrón?

Como soy una mujer paranoica, en cuanto me senté revisé los correos que me había enviado, porque podría caber la posibilidad de que hubiese sido yo quien se equivocara, y al ver el correo, decía sólo el modelo del teléfono ¡nunca especificó el color! Lo lógico sería que se chingara, porque es su error… pero claro, como creen que son unas vergotas andantes y que yo estoy aquí para lamerles los huevos y las patas cuando ellos se cansen, pues me tengo que chingar… Y no, no se vale, porque no es mi trabajo complacerlos a ellos. Porque no entienden que yo debo hacer lo que dicen MIS jefes, no el resto del personal, porque a veces los jefes me piden a mí que sea quien establezca los límites y así ellos no tengan que hacerlo, porque sí, me toca hacer el trabajo sucio, y en principio no tengo problema y lo hago (que para eso me pagan), pero cuando se trata de resolver las pendejadas de los demás, de satisfacer los abusos que cometen, me dan ganas de romper todo y mandarlos a la chingada, porque sin duda alguna, esto no es lo que yo quiero de mi vida ni en mi vida.

Me cago en la puta madre, de verdad que sí

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡no calles que hace daño!