La otra cosa que me pasó relacionada con el teléfono (para más
detalles ver el post de ayer Soy tontita cuando no me dejan robar fue con uno de los directores [que no está al
mismo nivel que los otros directores (es una cosa medio rara, porque hay 4
directores, pero uno de ellos es el socio mayoritario, y dos más, que son mis
jefes, son los chingones pero son socios minoritarios y, finalmente, el cuarto,
que es de quien me quejo hoy, es director comercial y socio minoritario, pero
no de los meros meros)], a quien le entregué la pinche Blackberry que pidió (y
por la que tiene que pagar una lana de diferencia) y, desató la “amabilidad”:
Lolita´s: Aquí está el teléfono.
Director pendejo: Perfect (Sí, es de los que gusta hablar en inglés
con una pésima pronunciación. Siempre que lo escucho me dan ganas de
responderle en alemán, por mamón).
Abro la caja y aparece el teléfono
Director pendejo: No, eso es blanco, no way.
Lolita´s: (con cara de “te voy a matar, pendejo, aunque tú aún no lo
sepas) Pues este es el que hay.
Director pendejo: No me importa, el blanco es de niña y no lo quiero.
Lolita´s: Es el que hay, no creo que lo puedan cambiar. (De niña son
tus nalgas y tu falta de huevos, pendejo).
Director pendejo: No me importa, cámbialo, que no lo voy a usar.
Lolita´s: (Más por no matarlo que por hacer lo que él dice) Está bien,
voy a ver qué se puede hacer.
¿Así o más cabrón?
Como soy una mujer paranoica, en cuanto me senté revisé los correos
que me había enviado, porque podría caber la posibilidad de que hubiese sido yo
quien se equivocara, y al ver el correo, decía sólo el modelo del teléfono
¡nunca especificó el color! Lo lógico sería que se chingara, porque es su error…
pero claro, como creen que son unas vergotas andantes y que yo estoy aquí para
lamerles los huevos y las patas cuando ellos se cansen, pues me tengo que
chingar… Y no, no se vale, porque no es mi trabajo complacerlos a ellos. Porque
no entienden que yo debo hacer lo que dicen MIS jefes, no el resto del
personal, porque a veces los jefes me piden a mí que sea quien establezca los
límites y así ellos no tengan que hacerlo, porque sí, me toca hacer el trabajo
sucio, y en principio no tengo problema y lo hago (que para eso me pagan), pero
cuando se trata de resolver las pendejadas de los demás, de satisfacer los
abusos que cometen, me dan ganas de romper todo y mandarlos a la chingada, porque
sin duda alguna, esto no es lo que yo quiero de mi vida ni en mi vida.
Me cago en la puta madre, de verdad que sí