Pues sí, un estudio científico (¿por qué
nadie dice que sustenta sus enunciados en “un estudio pendejo, o que hice un
día porque se me dio la gana, con ningún tipo de método u objetivo”? Como si
eso fuera a restarle veracidad a lo que dices, ja) que leí el otro día (en la misma
revista que lo del peluquín para señoras) afirmaba que fingir un orgasmo
quemaba (en quien lo finge, que no en quien lo trabaja) 160 Kcal, mientras que
uno real sólo 27 Kcal. Desconozco las circunstancias que fueron investigadas en
el estudio para hacer esa afirmación, si influían cierta posturas, si era un
orgasmo trabajado (con preámbulo y toda la cosa), o si más bien era uno típico,
de misionero y sin ninguna importancia o interés (como cuando te duele la
cabeza, vamos), así que, a falta de información, decidiremos que es un orgasmo
común y corriente, de misionero y con una duración de menos de 5 minutos.
Así, con un marco teórico definido, puedo
decir que está increíble esto, ¡ahora resulta que fingir quema más calorías que
sentir! Esperen, ya que lo escribí me resultó completamente lógico: fingir
requiere más esfuerzo, concentración, una meta definida, estar en contacto con
tu medio, un montón de cosas. De ahí, que se quemen más calorías. Clarísimo como
el agua.
Razón por la cual, hay tantas mujeres
delgadas con cara de frigidez e insatisfacción sexual, todo sea por la belleza.