lunes, 25 de junio de 2012

Finjamos, que más quemamos


Pues sí, un estudio científico (¿por qué nadie dice que sustenta sus enunciados en “un estudio pendejo, o que hice un día porque se me dio la gana, con ningún tipo de método u objetivo”? Como si eso fuera a restarle veracidad a lo que dices, ja) que leí el otro día (en la misma revista que lo del peluquín para señoras) afirmaba que fingir un orgasmo quemaba (en quien lo finge, que no en quien lo trabaja) 160 Kcal, mientras que uno real sólo 27 Kcal. Desconozco las circunstancias que fueron investigadas en el estudio para hacer esa afirmación, si influían cierta posturas, si era un orgasmo trabajado (con preámbulo y toda la cosa), o si más bien era uno típico, de misionero y sin ninguna importancia o interés (como cuando te duele la cabeza, vamos), así que, a falta de información, decidiremos que es un orgasmo común y corriente, de misionero y con una duración de menos de 5 minutos.

Así, con un marco teórico definido, puedo decir que está increíble esto, ¡ahora resulta que fingir quema más calorías que sentir! Esperen, ya que lo escribí me resultó completamente lógico: fingir requiere más esfuerzo, concentración, una meta definida, estar en contacto con tu medio, un montón de cosas. De ahí, que se quemen más calorías. Clarísimo como el agua.

Razón por la cual, hay tantas mujeres delgadas con cara de frigidez e insatisfacción sexual, todo sea por la belleza.