domingo, 22 de enero de 2012

Se fueron los "tes" y llegaron los "tas"



Así como lo leen, cumplí 30, es impresionante lo rápido que pasa el tiempo, todavía recuerdo cosas de mi infancia como si fuera ayer. Lo más impresionante es que en realidad me han sentado bien, no me siento triste, ni deprimida ni nada parecido, me siento bien contenta por cumplir 30, bueno, más bien, me siento bien contenta con quién soy, incluso ahora que ya tengo 30.

Y no fue un proceso fácil, no lo fue, afortunadamente me dio la crisis de los 30 hace 4 años, así que no era tanto por la vejez. Fue difícil porque me ha tomado mucho tiempo aceptar la forma y condiciones en las que vivo, ver lo que tengo y reconocer quién soy, no como un fracaso, sino como un logro, como parte de un gran proceso, de mi vida, así, tal cual.

Estudié derecho, pero quiero ser psicoanalista, y la carrera es demasiado cara como para que haya podido comenzar a estudiarla. Sí, es una carrera en la que la edad es bien importante (mientras más grande, mejor), pero igual, yo quiero ser psicoanalista YA, no en quién sabe cuántos años. En estas semanas, me he dado cuenta de que a veces vale la pena esperar un poco, que ciertas situaciones o condiciones interiores tardan en llegar, que es bueno aprender a esperar, dejar de ser tan voraz, darle tiempo al mundo y a la vida. Este año comenzaré a estudiarlo, lo sé, y sé que tardará tiempo, no sólo en lo que estudio, sino el tiempo necesario para montar un consultorio y tener una cartera de pacientes estable, y ahora estoy lista para esperar, para no sentir que el tiempo que espero es un fracaso.

Soy bien feliz en mi vida personal. No tengo muchos amigos, y esto me entristece, pero sé que es porque la forma en la que llevé, durante muchos años, mis amistades, no era la más sana, y que por eso ahora me he alejado (o se han alejado de mí). Tuve varios amigos a los que extraño mucho, y me gustaría que estuvieran conmigo, pero también es cierto que estoy bien sin ellos, que no me hacen falta al grado de sentir que mi vida sin ellos no vale la pena. También tengo que reconocer que poco a poco he conocido más gente, creado relaciones con ellos y que eventualmente crearemos una amistad. 

Conmigo, soy muy feliz, creo que no pensamos mucho en ello, pero lo más importante es saber estar con uno, disfrutar la soledad, el tiempo para tí mismo, tener pasatiempos o actividades en las que te dés a tí. Yo, a pesar de disfrutar mucho de la compañía, disfruto mi soledad, me gusta hacer muchas cosas sola, y no me siento sola.

Además, me dí cuenta de que he pasado demasiado tiempo enfocada en lo malo, lo negativo, las fallas o aspectos a mejorar en mí, no en lo positivo o bueno que tengo. Soy perfeccionista y me gusta crecer, mejorar lo que no me gusta, convertirme todos los días en una mejor persona. Pero también sé que soy quien soy, y que tengo muchas cualidades positivas, que me permiten hacer muchas cosas, por decirlo de alguna forma, sacarme ventaja y aprovecharlas. No quiere decir que ya no voy a mejorarme o cambiar ciertos aspectos de mi persona, principalmente relacionados con mi salud (es decir, el ligero sobre peso que tengo, y la falta de ejercicio), pero me parece que lograrlo también será más sencillo si recuerdo los aspectos positivos, y no sólo los negativos.

Qué cosas, mi post parece más de superación personal que de cumpleaños, pero es que a veces hay que meditar estas cosas, pensarlas y seguir adelante, porque los 30 no son ni la mitad de la vida, y lo que viene tiene que ser aún mejor que lo pasado, pues todas las posibilidades están puestas y la suerte no ha sido echada.

sábado, 21 de enero de 2012

Abandonado... por qué será...

Tiene mucho que no escribo en el blog, no sé qué relación guardan, en mi mente, tener trabajo y escribir en el blog, pero así me pasa, si no tengo trabajo, no tengo ganas de escribir aquí. Supongo que tiene que ver con que actividad genera actividad, blablabla.

Claro, después de 3 meses, tampoco me parece decente desaparecer así, sin más, porque uno debe exteriorizar lo que sucede, de alguna forma, seguir escribiendo, aunque nadie te lea (porque sé que prácticamente escribo para mí), porque es importante plasmarlo, sacarlo y poder observarlo, poseerlo de otra forma, objetivizarlo, lo que sea que implique escribir.

Desgraciadamente, mi ánimo hoy está muy apagado, mi abuelo murió la semana pasada (éramos muy pero muy unidos, mucho más unida a él que a mis padres) y hoy me pegó mucho la tristeza. Aún así, me parece que es tiempo de seguir escribiendo, ni más ni menos.

Si no, qué más da, todo quedará olvidado y, en mi vejez, ni yo recordaré lo que pensaba y quién era...