Por supuesto, el título lo dice todo, hoy les pasaré mis tips de cómo decir mentiras chingonas. Y por chingonas no quiero decir aquellas mentiras completamente fuera de realidad que nadie creería (como que hoy en la mañana amanecí con Brad Pitt y me agradeció la noche candente), sino aquellas mentiras que están tan bien elaboradas que no hay manera de ser descubiertas.
Me parece que para abordar este tema y no dejar nada en el tintero , es importante decir que existen, según su objetivo, diferentes tipos de mentiras:
- Las tontas, que en realidad responden a preguntas muy tontas ¿Por qué llegaste tarde? ¿Puedo no ir a trabajar hoy porque X? No hay mayor problema con estas, ni tampoco son trascendentales.
- Las trascendentales, es decir aquellas que afectan la vida de quien las decide, y quien las recibe, y que pueden tener terribles consecuencias.
Para ambas, la mejor manera de decir una mentira y que salga chingona es (y no es broma) decir la verdad. No hay ninguna mentira que pueda mejorar la verdad. Claro, no es la verdad así solita, sin ningún adornito o intención, pero es, finalmente la verdad. Ejemplos:
CASO 1.
Novia: ¿A dónde vas a ir hoy?
Novio: A soplarme una muchacha, porque ya me hace falta variarle. (VERDAD).
Novia: ¿Pero qué te pasa? blablabla
CASO 2.
Jefe: Lolita´s Power, ¿por qué llegaste tarde a trabajar?
Lolita´s: Porque mi novio quiso echarse un palito en la mañana, y ni modo que le dijera que no, así que nos echamos el palito y luego dormimos un poquito, porque hay que disfrutarlos.
Para contrarrestar que dijimos la verdad, y que debe parecer mentira, después decirla y que el otro conteste, habrá que contestar:
CASO 1:
Novio: A ver, si fuera a hacer eso, de verdad, ¿por qué te lo diría? ¿no es un poco tonto?
CASO 2:
Lolita´s: Ojalá y fuera cierto, en ese caso llegaría con una sonrisota y no con todo el estrés que traigo por el mugroso tránsito.
Supongo que se dieron cuenta de que en el segundo ejemplo sí hay una mentira, pero es la segunda, y funciona como respaldo a la mentira (para que no vayan a sentir que estamos diciendo puras verdades y eso no funciona). Eso sí, y es bien importante recordarlo y saberlo y repetirlo cada vez que sea necesario, a las personas (incluidos nosotros mismos) no les interesa la verdad, lo que uno quiere es escuchar lo que satisface tus necesidades/deseos/expectativas, etc. (como aquello de que el que busca encuentra), así que en realidad la verdad no le interesa a nadie y no habría que darle tanta importancia.
En caso de que el "otro", es decir, quien recibe la mentira, sea un poco inteligente o escéptico, recomiendo ampliamente que la mentira se elabore con detalles:
- De sucesos que ya hayan sucedido (yo salía mucho con una amiga, así que decía que había ido con ella al lugar que siempre íbamos);
- Detalles CREÍBLES, pero no tan elaborados que parezca cuento;
- Re-preguntar a quien mentimos, si él lo hizo (preguntar), justo las razones que tendría mentir (¿qué gano con mentir? ¿no te parece que si mintiera lo haría mejor?)
YO NO MIENTO, ES ASÍ DE FÁCIL.
¿Quién se atreve a rebatirlo, si nunca me han cachado una mentira?
Me parece muy interesante el sustento de las mentiras como las planteas, una contraposición de ideas, para incluir un verdad que se quiere y no, ser escuchada. Por que la vida es así, si no hay un contra posición del argumento, resulta falsa y tediosa, por lo tanto, mentira, o sea, falsa. Eso le da ritmo y veracidad. Como decir que te tiraste a una vieja que está buenísima, y no quiso que la tocaras, sólo que la fornicarás(mete y saca, mete y saca, y se acabó), así que chiste. Resulta creíble. Pero si digieras que es una diosa del sexo, complaciente y blabla blá, uno diría: ¡Sí, güey, cómo no!
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