miércoles, 28 de septiembre de 2011

Mentiras chingonas

Por supuesto, el título lo dice todo, hoy les pasaré mis tips de cómo decir mentiras chingonas. Y por chingonas no quiero decir aquellas mentiras completamente fuera de realidad que nadie creería (como que hoy en la mañana amanecí con Brad Pitt y me agradeció la noche candente), sino aquellas mentiras que están tan bien elaboradas que no hay manera de ser descubiertas.

Me parece que para abordar este tema y no dejar nada en el tintero , es importante decir que existen, según su objetivo, diferentes tipos de mentiras:
  • Las tontas, que en realidad responden a preguntas muy tontas ¿Por qué llegaste tarde? ¿Puedo no ir a trabajar hoy porque X? No hay mayor problema con estas, ni tampoco son trascendentales.
  • Las trascendentales, es decir aquellas que afectan la vida de quien las decide, y quien las recibe, y que pueden tener terribles consecuencias.
Para ambas, la mejor manera de decir una mentira y que salga chingona es (y no es broma) decir la verdad. No hay ninguna mentira que pueda mejorar la verdad. Claro, no es la verdad así solita, sin ningún adornito o intención, pero es, finalmente la verdad. Ejemplos:
CASO 1.
Novia: ¿A dónde vas a ir hoy?
Novio: A soplarme una muchacha, porque ya me hace falta variarle. (VERDAD).
Novia: ¿Pero qué te pasa? blablabla
CASO 2.
Jefe: Lolita´s Power, ¿por qué llegaste tarde a trabajar?
Lolita´s: Porque mi novio quiso echarse un palito en la mañana, y ni modo que le dijera que no, así que nos echamos el palito y luego dormimos un poquito, porque hay que disfrutarlos.

Para contrarrestar que dijimos la verdad, y que debe parecer mentira, después decirla y que el otro conteste, habrá que contestar:
CASO 1:
Novio: A ver, si fuera a hacer eso, de verdad, ¿por qué te lo diría? ¿no es un poco tonto?
CASO 2:
Lolita´s: Ojalá y fuera cierto, en ese caso llegaría con una sonrisota y no con todo el estrés que traigo por el mugroso tránsito.

Supongo que se dieron cuenta de que en el segundo ejemplo sí hay una mentira, pero es la segunda, y funciona como respaldo a la mentira (para que no vayan a sentir que estamos diciendo puras verdades y eso no funciona). Eso sí, y es bien importante recordarlo y saberlo y repetirlo cada vez que sea necesario, a las personas (incluidos nosotros mismos) no les interesa la verdad, lo que uno quiere es escuchar lo que satisface tus necesidades/deseos/expectativas, etc. (como aquello de que el que busca encuentra), así que en realidad la verdad no le interesa a nadie y no habría que darle tanta importancia.

En caso de que el "otro", es decir, quien recibe la mentira, sea un poco inteligente o escéptico, recomiendo ampliamente que la mentira se elabore con detalles:
  • De sucesos que ya hayan sucedido (yo salía mucho con una amiga, así que decía que había ido con ella al lugar que siempre íbamos);
  • Detalles CREÍBLES, pero no tan elaborados que parezca cuento;
  • Re-preguntar a quien mentimos, si él lo hizo (preguntar), justo las razones que tendría mentir (¿qué gano con mentir? ¿no te parece que si mintiera lo haría mejor?)
A pesar de que yo no suelo mentir, tengo que decirles que el secreto de mi éxito, cuando miento, es haberme hecho fama, pues siempre digo:
YO NO MIENTO, ES ASÍ DE FÁCIL.

¿Quién se atreve a rebatirlo, si nunca me han cachado una mentira?

1 comentario:

  1. Me parece muy interesante el sustento de las mentiras como las planteas, una contraposición de ideas, para incluir un verdad que se quiere y no, ser escuchada. Por que la vida es así, si no hay un contra posición del argumento, resulta falsa y tediosa, por lo tanto, mentira, o sea, falsa. Eso le da ritmo y veracidad. Como decir que te tiraste a una vieja que está buenísima, y no quiso que la tocaras, sólo que la fornicarás(mete y saca, mete y saca, y se acabó), así que chiste. Resulta creíble. Pero si digieras que es una diosa del sexo, complaciente y blabla blá, uno diría: ¡Sí, güey, cómo no!

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¡no calles que hace daño!