miércoles, 23 de noviembre de 2011

Lo que Facebook nos quitó...

el contacto con el otro.

Así de terrible y sencillo, gracias al Facebook hemos perdido el contacto con los demás, con alguien en específico, con el mundo. Sí, nos "acerca" a personas que están lejos, o que por tiempo no podemos ver, pero en realidad ésta es una excusa, nos aleja de los demás, y no hay otra forma de verlo. Ahora, como estamos al día con lo que viven nuestros conocidos, ya no necesitamos llamarles, escribirles, verlos, no es necesario, con meterte media hora diaria al Facebook sabes qué están haciendo y cómo se sienten.

Es triste, no lo puedo ver de otra forma. A mí, que el contacto visual y la compañía me resultan indispensables para vivir, el Facebook me lastima, me duele. Ya nadie quiere dedicarle tiempo a los demás, porque ¿de qué hablarían, si ya leyeron en su perfil qué han hecho? Nos alejamos, evitamos todo... ¿para qué? ¿para poder vivir otras cosas, para seguir viviendo? ¿De qué sirve vivir si no convives con los demás, si no compartes los momentos importantes y los intrascendentes con las personas que quieres? 

Además, nos da la errónea idea de que estamos en contacto con muchísimas personas, algunas de las cuales no veríamos o sabríamos nada de lo que hacen. Pero, ¿por qué importa saber si el niño con el que fuiste a la primaria, hace 20 años, ahora hace cualquier tontería? Si no lo has visto en 10 o 15 años, ni has hablado con él, ni lo conoces (para resumir) ¿por qué importa? y, si importa ¿por qué no quieres convivir con él?

Terrible. Sobre todo, cuando sucede dentro de la familia, las noticias importantes las lees en el Facebook, nadie se preocupa por llamarte. Yo, por ejemplo, me enteré de que una de mis primas había dado a luz a su hija el viernes ante pasado gracias a Facebook (y está bien, porque no viven en el país, así que con ellas el contacto es más difícil), y eso no me importó, la verdad, pero ser yo quien le avisaba a mi tía (que viaja a USA para verlas una o dos veces al año, les llama, etc.), porque ellas no lo habían hecho, me partió el corazón.

Otro ejemplo, es enterarme de que uno de mis hermanos se va a vivir a USA en dos semanas. Sí, honestamente, no nos llevamos bien ni tenemos grandes sentimientos por el otro (yo, más bien, no lo quiero ni me importa lo que hace de su vida, pero él dice que yo a él sí le importo), pero eso no quiere decir que no debería llamar y avisar, por lo menos, que se muda de país. Pero, claro, no lo necesita hacer porque ya lo escribió en Facebook y así seguro, yo me enteré. De hecho, ya que está ahí, en Facebook, es MI obligación llamarle, decirle que ya me enteré, buscarlo, hacer algo... ¿qué pasa? ¿por qué la carga de la prueba cambia de bando si está publicado en Facebook? No lo entiendo. 

Me da la sensación de que el Facebook nos acerca a los demás, para conseguir justo lo opuesto: alejarnos de ellos. Obligar a que sea el otro quien nos busque, muestre interés por nosotros y nuestra vida...

No me gusta, ojalá y se terminara...



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